Por Adolfo Res
A 34 años del inicio de la última dictadura militar que azoló nuestro país, surgen numerosas reflexiones sobre aquella larga noche de siete años que vivimos los argentinos.
Fueron tiempos de muerte, hambre, vejación al ser humano y un modelo económico excluyente que se inició aquel 24 de Marzo de 1976 y que sigue vigente hasta nuestros días, con una democracia que mantiene el reparto de la torta en forma desigual, humillando a las mayorías populares que desde 1983, soñaron con otra realidad para nuestra gente.
Aquel siniestro “Proceso de Reorganizació n Nacional” llenó de sangre el territorio de la Patria, matando, secuestrando y torturando y como si esto fuera poco fue capaz de generar una Guerra mandando al muere a pibes de 18 y 19 años como si se tratase de gusanos, mientras los Generales tomaban Wiski en el centro de la Capital Federal.
En el medio de esa tragedia vivida por nuestra Nación, hubo un Mundial de Fútbol, donde la corrupción estuvo a la orden del día, y donde distintos Clubes fueron beneficiados por los genocidas con remodelaciones y mejoras de sus Estadios que pagamos todos los argentinos.
Solo una entidad fue castigada por estos inescrupulosos de uniforme: el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, donde más allá de sus pésimos dirigentes, el Estado Argentino lo expulsó de su lugar con normativas dañinas para su progreso en tiempos democráticos anterior al Golpe, y que la brutal dictadura militar materializó la salida de San Lorenzo de Almagro del Templo de la Avenida La Plata.
Fue un crimen de lesa humanidad, porque mataron la historia de la Institución, y porque desde hace casi 28 años una generación heredera de la vieja pasión azulgrana, no pudo disfrutar de aquel espacio que trascendió a un cotejo futbolístico cada 15 días.
El Gasómetro fue un verdadero Olimpo del Deporte y la Cultura Ciudadana.
En este día de tristeza para la nacionalidad y la raza humana, es necesario como sanlorencista recordar aquella asesina dictadura y al “Desaparecido 30.001, el Gasómetro de la Avenida La Plata” y comprometerse a la lucha hasta que vuelva a estar en su lugar.
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