domingo, 22 de noviembre de 2009

Fue como siempre

Es el Clásico mas porteño e importante de todos los barrios de argentina, que lamentablemente han devaluado nuestros queridos vecinos, y que le vamos a hacer, esto es como la desgracia de tener un pariente pobre y desgraciado.

La paternidad es tan grande que el globito necesitaría una generación completa de triunfos para igualar la estadística ya que la diferencia se estira a 31 partidos lo que equivaldría a 15 años y medio de encuentros, es escandaloso.

Volvimos al ¿palacio?... querían probar suerte de locales –parece que no aprenden- y ni con la policía pudieron parar al Cuervo, entiendo que la desesperación es grande, pero tampoco es para tanto, realmente da pena ver que los muchachos de la B no se acostumbran a perder siempre.

Pero hay mas, veníamos de baja y con problemas con el equipo, pero como de costumbre con el globito hay ventaja y caramba si la hay que los goles los hicieron Civelli y el Chaco, esto únicamente puede ocurrir contra el equipo de la B, pero como si con esta rareza fuera poco debuta el grone Orode, y hasta se luce, si es increíble, un africano en el futbol argentino y que se destaque y con quien?... con nuestros pobres vecinos como no puede ser de otra manera.

Muchachos no se como agradecer tanta generosidad, ustedes son el equipo de las satisfacciones cuervas, antes de los partidos mucho Bla Bla Bla… pero después hacen posible lo imposible, resucitan hasta los muertos mira que el Chaco haga un gol es de ciencia ficción…

Solo hay una cosa que me decepciono del partido y fue el festejo final, es evidente que nuestros players, son unos caraduras, festejaban a lo loco el triunfo y no lo puedo comprender, es urgente que alguien les avise que juegan en San Lorenzo y que el rival de ayer era Buracan, nuestro vecino pobre y venido a menos, el que siempre nos da una alegría, porque festejar así algo que es tan normal y tradicional como ganarles a los quemeros, no sean demagogos y tampoco se agranden mucho, que el domingo que viene sigue la fiesta, le toca el turno al otro hijo, al Boliviano, al de la Rivera, al de Boston o como quieran decirle, al otro candidato a darnos la alegría obligada de todos los años.

JGC

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